Llevo tatuado un desfile de naufragios, los mañanas siendo cobijados por una manta blanca que los hace invisibles, los quiebra. ¿Poesía? ¿Cómo poesía? ¿Quién reafirmará el espacio eterno entre cada estrella?
Besos manchados de pretérito. Lumínica adjetivación del pronombre que te has vuelto. Ésa, la que fuiste y que se amarra al silencio de mí como a las palabras de sí, que no dice. Y este sofá, y estas unidades léxicas desordenadas, ¿qué son? ¿Consuelo? ¿Resignación? ¿Artificio artístico? Son lo que dice que necesito decir algo que le hable al lugar en que no estás, que le susurre a la porción de suelo que ocupaste alguna vez, que le explique que el aroma de las posibilidades que con la boca evocaste sigue ahí, como un lastre, como una plaga para el verde tan amado y acariciado por el sol que nos quema y nos reafirma la raza. Soy la retórica del concierto desconcertante, soy canto, silencio, voz cansada, recuerdo futuro, profecía pasada, algo que es porque se dice y entonces sus cualidades son las cosas que cree…le componen. Cree, como que amas al viento que corre en sentido contrario al aire que debes respirar, más o menos así, más menos que más, viceversa quizás, y no precisamente.
Párrafos que se parecen a ti. Renglones que se terminan como se terminaba cada cabello lacio que caía sobre mis hombros. En esta soledad inocente, yo y el poeta que no sabe escribir nos hallamos en la habitación hermética del deseo. Ahora no sos sino la arquitectura de mi memoria reservada de colores guardados en frascos abiertos, no sos más que la hija añorada del pincel que descansa en un jardín de calcio. Si tan sólo entendieras que el contorno de luz que has adquirido es como cubrir de oro a la muerte. Porque eso te has vuelto, ausencia, muerte, no existencia homogénea universal, blanca, adornada consigo misma porque es egoísta.Ahora, en esta madrugada adyacente así misma…¿quién rescatará a la pequeña cucaracha que camina sobre el asador? ¿Quién podrá seguir tus pasos? ¿Quién te desdirá las cosas que te construí con el sudor del espíritu? Y mientras un tapiz estelar cubre al techo que cubre mi cabeza, juego a ser rosa de los vientos, el andar de la piedra que me dejaste en el pecho.
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